sábado, 14 de marzo de 2009

Después de nueve años de labor poética entre derrumbamientos morales,
mujeres forjadas por las fantasías del deseo, internamientos en las salas
del silencio afín a la locura, graves discordias de hogar, que ni mencionar,
de esperanzas y de alegrías también, pero sepultadas por la piel de lo que es infame, de lujurias misteriosas en la fútil alma de una mujer viciosa, al fin y al cabo, vicisitudes bastante grotescas, tal vez, o como otra persona,
no digo que yo he o haya sido el diablo ni que me he cocido en la marmita de fuegos irreversibles o hablado con almas, que del cuerpo se han sepa-rado sin haber muerto...
Me dispongo a emprender, como digo, un viaje más arduo, si cabe, pero vital. Poder estar sobretodo a la altura de la vida y del fruto que uno deja en constancia. Seguir la teoría en esa práctica total de actos, la teoría es
lo que es, la teoría no actúa. No quiero ser un pusilánime que crea y di-buja tres montes bonitos y en realidad ser la sombra del calamar que soy.
Como alguien que quiere emerger entre dos nubes turbias y negras quiero
y deseo llegar hasta vuestros corazones. Como escarcha primero si que-
réis para que tengáis que hallar el Sol que las derrita y os deleite tanto la búsqueda como la lectura o como roca que la boca pica y la mente atenta
pule al tiempo que le deja escéptico, apasionado y receptivo.
También dejar claro o enviar a toda esta juventud tan enarboladora. Un mensaje: un libro mítico o aunque no lo sea, es para siempre y, cuesta lo
mismo o menos que un producto nocivo que te puede noquear, efectiva-
mente, para siempre. Con esta reflexión, ¡nosotros mismos! Hasta incluso puede residir más placer en leer cualquier libro que las mejores de las drogas posibles. Luego está el hábito de cada uno y eso, es lo que quiero
cambiar para poder seguir creciendo y no arenarme en las costumbres del
cangrejo o de la pasiva inquietud de los árboles, pero yo no puedo...
Con melodía pero certera, poética belleza, embriagada de sabores y tonos
es lo que aquí pretendo conseguir. Frutos musicales que me complace a mí
ofreceros siempre recientes, como el pan en la mañana cada día, y para e-
llo requiero de mis virtudes plenamente despiertas, de mis sentidos des-
plegados, de todo lo que me pueda venir bien y así poder enriquecer mi vida al galope. Pues la poesía es el fiel reflejo de nuestra vida, y en ella plasmamos el alma de lo que queremos mencionar, de lo que somos y de lo que queremos ser... en fin de un gran cúmulo de circunstancias.
A la hora de confeccionar los poemas creo que es más valioso la variedad
de estructuras poéticas que utilizar el mismo registro para todas. Aunque
la idea en sí, que forme su esqueleto y la carne el color que le damos y
tendremos un poema dispuesto a andar por sí solo. Un bosque llamado eco y sangre, donde el espíritu deje sus muestras de vivencia y de idealidad. Idealidad, por cierto, por mí ya desechada puesto que la idea es muy dis-
tinta de la forma, ya lo dijo Platón. La idea es el cenit de lo que tocar con las yemas de los dedos queremos, ah, pero lejano está, es infinito casi, tanto como la mente pueda imaginar... Pero eso es otra función...